Colgante de Triqueta con Labradorita
Este colgante reúne el poder de los símbolos y la magia de lo invisible. En su centro, una labradorita iridiscente despierta destellos de luz entre sombras, mientras la triqueta celta, forjada en acero inoxidable plateado, sostiene su energía con firmeza y elegancia. Es una pieza que no solo protege, sino que guía. No solo acompaña, sino que transforma.
La triqueta, símbolo ancestral de lo eterno, representa la unión de tres fuerzas sagradas: cuerpo, mente y espíritu; pasado, presente y futuro; nacimiento, vida y muerte. Es un recordatorio de que todo está conectado, de que cada etapa forma parte del ciclo, y de que hay sabiduría en lo que cambia, tanto como en lo que permanece. Llevarla cerca del corazón es llevar contigo un vínculo con lo eterno, con lo profundo, con lo que trasciende.
En su centro reposa una labradorita, piedra de la magia, la protección psíquica y la transformación. Es una piedra para quienes sienten más de lo que dicen, para quienes perciben lo invisible y a veces se pierden en lo que no se ve. La labradorita no da respuestas, pero sí abre puertas. Potencia la intuición, protege el campo energético y acompaña procesos de cambio con una calma luminosa. Es la piedra de los iniciados, de los buscadores, de quienes están atravesando umbrales internos.
El acero inoxidable plateado aporta una base firme, duradera y resistente, que no se oxida ni pierde su brillo con el tiempo. Es el material perfecto para una joya que ha sido creada no solo para adornar, sino para permanecer. Sutil y fuerte, como la energía que representa.
Este colgante es para quienes están despertando a su propia magia, para quienes transitan el cambio con los ojos del alma abiertos, y para quienes saben que la protección más verdadera no siempre es visible, pero sí profundamente real.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.